
Los problemas de heredar una vivienda
España es un país de propietarios. Y, por lo tanto, de herederos. Según la oficina europea de estadística, Eurostat, alrededor del 80% de españoles vive en una casa propia. Todo este volumen de viviendas está destinado a ser heredado algún día, por lo que una amplia mayoría de ciudadanos tendrá que enfrentarse, en algún momento, a la encrucijada de la sucesión de un inmueble.
En 2015, la cifra de casas heredadas en España ascendió a 150.161 unidades -un 9,1% más que en 2014-, según el Instituto Nacional de Estadística. Transmisiones nada sencillas. Y es que el hecho de recibir un piso en herencia conlleva, además de un farragoso papeleo, obligaciones tributarias. A lo que hay que añadir que representa uno de los grandes focos de conflictos familiares. Por ello, abrir un testamento puede ser una ingrata sorpresa para los beneficiarios, obligados a pasar por Hacienda y a lidiar con familiares.
Todos los trámites derivados de las herencias provocan que a veces los herederos prefieran incluso rechazar los bienes adquiridos por vía de sucesión a enfrentarse al laberinto administrativo, fiscal y familiar que suponen. Además de los impuestos, también contribuye al rechazo de las casas en herencia que con ellas puede heredarse sus posibles cargas. Por ello, hay que recordar que si una herencia se acepta a beneficio de inventario, las deudas de la misma se cubren sólo con los bienes heredados (se liquidan contra el caudal delicto) y el heredero no responde de las mismas con el patrimonio propio.
En este sentido, cabe remarcar que en 2015 fueron rechazadas 37.390 herencias, informan desde el Consejo General del Notariado a este suplemento, pasando estos bienes a engrosar el patrimonio de la Administración. En muchas ocasiones, el pago del impuesto supone un esfuerzo mucho mayor al beneficio que se obtiene con el inmueble heredado. La crisis económica también ha contribuido a que, cada año, el número de renuncias a las herencias sea mayor. De esta manera, según los notarios, el cómputo global de herencias rechazadas en España ha ido al alza desde 2007, cuando sólo 11.048 quedaron desiertas.
Impuestos muy dispares
El gravamen principal que se carga a estas operaciones es el Impuesto de Sucesiones, cedido a las comunidades en materia de comprobación y recaudación. Esto genera diferencias en el importe a abonar y a la postre, según lamentan los entendidos, un problema con tintes discriminatorios por regiones.
Por ejemplo, según cálculos del Consejo General de Economistas Reaf-Regaf, si un hijo de 30 años hereda de sus padres una casa valorada en 200.000 euros, el tributo que debe pagar asciende a 6.454,01 euros en Andalucía y en Asturias, a 6.451,39 en Extremadura, a 4.948,93 en Aragón, a 3.227,01 en Murcia y a 322,7 en Castilla-La Mancha. Cantidades que se reducen a 63,89 euros en Madrid y a 59,10 en La Rioja y a cero euros en Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla y León, Cataluña, Galicia y Valencia.
Estas diferencias tienen su origen en las reducciones que cada comunidad estima pertinentes y se calculan sobre la base imponible, sobre el precio de la vivienda. Dicho desembolso se determina, por otra parte, en función de la edad del heredero, de su relación con el fallecido, del patrimonio previo al recibimiento de la herencia, etc.
¿Es mejor donar en vida?
Otra posible alternativa para disminuir las cargas fiscales a las que se somete el heredero sería traspasar el inmueble antes de que se produzca el fallecimiento, mediante una donación, regida por el Impuesto de Donaciones, cedido igualmente a las comunidades autónomas. “Ante la incertidumbre existente sobre la futura tributación de las sucesiones (todo parece indicar que se va a encarecer a la vez que se armoniza), algunas personas que ahora residen en comunidades con un trato fiscal favorable a la donación y que tienen inmuebles en su ámbito están utilizando esta vía para mitigar el coste fiscal de la futura sucesión. Como todo, es importante ponderar pros y contras, ya que en definitiva el donante está renunciando en vida a parte de su patrimonio”, apuntan desde Echeandía & Alevito Abogados. “Además, de la misma manera que ocurre con las herencias, las donaciones también pueden generar conflictos familiares complicados de resolver, y para colmo en vida del donante”, advierten.